Nota: Spoiler Alert
Cuando empiezas a ver Dragon Ball te encuentras a Yamcha en una relación con Bulma, ambos son muy jóvenes, y en especial él, es muy inmaduro para manejar una relación, incluso voltea a ver a otras mujeres y babea por ellas, aunque él ya tiene novia. A la larga, está claro que esa relación no podrá durar mucho y que Bulma es demasiado seria para tolerar el comportamiento inmaduro de Yamcha quien podría incurrir en infidelidad, haciendo que todo termine entre ellos.
Un poco más adelante, en un primer encuentro tenso y grosero, Bulma conoce a Vegeta… Ambos muy independientes, serios y orgullosos. Aunque él siempre actúa de forma imponente, ella no le teme. Pero ninguno de los dos parece interesarse en el otro, salvo por un trato cortés que se da a cualquier huésped.
Sin embargo, de alguna inexplicable manera, Vegeta encuentra en la seriedad y temple de Bulma un atractivo digno de una compañera de vida, mientras ella ve en él alguien disciplinado y fuerte, pero necesitado de apoyo moral. Sus intereses se entrelazan como un bien común y terminan por ser uno de los “ships” más canon del anime, jaja.
Si lo pensamos bien, es como el meme que dice: “Bulma no quedó embarazada por un Yamcha adolescente, sino que esperó a tener 30 años para formar un hogar con un Principe Sayajin. Sé como Bulma”.
Visto desde mi perspectiva estoy muy de acuerdo con esa afirmación.
De hecho, también pasé por algo similar… Siendo más joven, yo tenía una relación con alguien demasiado impulsivo, impaciente y un poco infantil, pero no lo pude tolerar por mucho tiempo y todo acabó, justo a tiempo, antes de que una mala decisión marcara mi vida para siempre.
Después de eso, pasaron varios años en que no me interesé por volver a entrar en una relación. Más bien, dejé mi corazón en manos de Dios, y esperé a que Él me diera algo mejor de lo que por mí misma habría podido hallar. Y sí, así fue. 7 años después de mi última relación fallida, por caminos que solo Dios pudo trazar, conocí a un chico extranjero, al igual que Vegeta, también tenía sus carencias emocionales y al igual que Bulma, yo venía de un fracaso amoroso, años de soledad y un carácter serio y dedicado a mis asuntos. Pero Dios sabe bien con quien emparejarnos para sanar nuestro pasado, hacernos madurar y escribir una nueva historia.
La historia de Bulma y Vegeta se ha desarrollado tanto que sus personalidades han madurado y se van complementando de una forma tal, que ambos se interesan por el bienestar del otro, están pendientes uno del otro en las buenas y malas, aunque ambos tienen sus metas individuales y sus oficios diferentes, saben apoyarse emocionalmente, hacerse sugerencias y a pesar de su frío carácter, sus actos de servicio son una clara muestra de su amor.
Me gustaría que mi relación también madure e inspire a otros, al vernos avanzar con un mismo objetivo y poder decir como Rut: “¡No insistas en que te abandone o en que me separe de ti! Porque iré adonde tú vayas, y viviré donde tú vivas. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios será mi Dios.” (Rut 1:16) y que a pesar de nuestros defectos, sigamos mejorando para que nuestro amor cubra todas las faltas pasadas (Proverbios 10:12) y nos ayude a enfrentar unidos el porvenir (1 Corintios 13:13).
-Shino-
Comments