Aviso importante: Puede contener spoiler de la serie u otras fuentes de referencia
En UFO Baby, se cuenta la historia de Miyu, quien es enviada a vivir con un amigo de sus padres, pues estos han tenido que irse de viaje. Al llegar conoce a un monje y a su hijo Kanata. Y justamente ese día el padre de Kanata también se va de viaje y los deja solos en casa. El ambiente entre ellos es un poco tenso y defensivo, por lo que Miyu decide irse, pero cuando abre la puerta para marcharse, un OVNI (UFO en inglés) atraviesa la entrada y aterriza en una de las habitaciones, entonces ambos corren a ver de qué se trata y encuentran a un bebé muy inquieto llamado Lu, en una pequeña nave espacial, y al verlo desamparado y lejos de sus padres al igual que ellos, se conmueven y deciden seguir viviendo juntos para cuidar de Lu, aunque el comportamiento de Miyu y Kanata a veces siga siendo irritante desde la perspectiva del otro.
De hecho, la serie es un poco larga y también podemos ver un caso en que las discusiones triviales, por poco arruinan un matrimonio o el caso de la imaginación de Chris que inflamada por sus celos acaba irritándola al ver que Kanata y Miyu viven juntos.
Pasan tantas cosas tan disparatadas y tantos mal entendidos que uno se sorprende de ver que todas esas cosas le puedan pasar a un par de adolescentes, pero la verdad, cada situación permite que se conozcan mejor las motivaciones de cada y los sentimientos que no habían mostrado por haber estado siempre a la defensiva. Sumado a esto, las interacciones con Lu, la mascota Guau-Miau (Wannya) y otros personajes, les ayuda a reflexionar, ser más empáticos para comprender los sentimientos del otro y poco a poco la convivencia se va haciendo más llevadera.
(No importa cuando leerás esta reseña, lo que escribo hoy será una realidad siempre.)
Mientras escribo estas palabras, el mundo está en medio de un aislamiento obligado para minimizar el riesgo de contagio de un virus agresivo que ha llegado a muchos países, cambiando nuestras dinámicas diarias y dándonos más consciencia de lo vulnerables que somos los humanos. Por otro lado, esta situación ha demostrado que no estamos preparados para estar en casa con nuestra familia, disfrutando de su compañía diaria y de la convivencia ellos.
A pesar de que Dios nos dice que en el hogar hablemos de sus enseñanzas (Deuteronomio 6:5-7), de salvación (Hechos 16:31) de armonía (Salmos 133:1), de instrucciones de crianza de los hijos (Proverbios 22:6) y promesas para los hijos buenos (Éxodo 20:12) entre otras muchas cosas de bendición para la familia, la realidad es que son pocos los que leen y aplican estas instrucciones bíblicas en su casa.
Antes de que todo esto pasara, la gran mayoría de personas en el mundo pensaba de esta forma: “Hoy tengo que levantarme temprano, ir a trabajar, comer algo rápido, limpiar la casa, y si queda algo de tiempo libre, el domingo veo una película con mi familia o vamos al parque de atracciones mecánicas.” Si lo piensas bien, es bastante triste, nos habíamos acostumbrado a encerrarnos en el trabajo, dar un breve saludo a la familia, cenar con ellos mientras revisamos las redes sociales, evitando ver sus caras o hablar demasiado con ellos, y pasar tiempo con ellos, todo se resumían en entretenimientos como el cine o los parques donde no haya espacio para hablar entre nosotros. ( u _ u )
Y ahora que el aislamiento nos obliga a pasar más tiempo en casa, con la familia, aún hay algunos que se excusan en el “home office” para justificarse de no tener tiempo para hablar con su pareja, otros se quejan porque responsabilidades como limpiar o comprar víveres no están bien distribuidas o no se hacen de la forma en que él o ella le gusta.
Incluso, yendo al extremo, en algunos países, con el "aislamiento obligatorio" han aumentado los índices de violencia intrafamiliar, maltrato infantil, y en países como China, al levantar el aislamiento, aumentó el índice de divorcios, con lo cual, queda demostrado que a pesar de haber sido creados por el Dios de amor, para dar amor a otros, no hemos decidido tener un compañero de vida ni unos hijos para convivir por ellos y amarlos, o hablarles con palabras positivas y de afirmación, sino que por el contrario, solo hemos escogido una pareja para no sentirnos solos, y hablamos con ella solamente lo necesario, nunca hacemos preguntas profundas, ni nos tomamos el tiempo de escuchar lo que piensan, sienten o planean, y si hay hijos, ha sido porque “se quedó embarazada” o porque “tengo que hacerme cargo de sus gastos”, son hijos no planeados que se consideran como un simple gasto más en el presupuesto familiar y no los ven como realmente son, seres frágiles necesitados de amor, guía y protección.
Ojalá reflexionemos y lleguemos a ser familias hermosas, amorosas y fuertes en Dios, aprendiendo de sus instrucciones bíblicas, porque los tiempos son cada vez más impredecibles y lo único que queda son esos lazos fuertes y manos incondicionales, que no nos dejarán atrás cuando hayamos tropezado.
Si Miyu, Kanata, Luu y la mascota Guau-Miau (Wannya), todos con personalidades diferentes y siendo unos perfectos desconocidos logran tener una relación tan profunda y familiar
¿Por qué nosotros no? Si además de un sentimiento nos une un lazo de sangre y una misma fe que nos permitirá vivir como familia incluso en la eternidad.
-Shino-
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