Como ya he mencionado antes, me encantan los animes que se relacionan con mi profesión, y esta vez pude ver uno que había estado buscando por mucho tiempo, llamado, Yumeiro Patissiere. La verdad solo esperaba hallar algo de inspiración como profesional del mundo gastronómico, pero no solo encontré lo que buscaba, Dios me bendijo con una gran lección de vida que tocó mi alma.
Este anime habla de la vida de Ichigo Amano, una chica distraída, torpe, llorona, sin nada especial, a quien incluso su padre ve como incapaz de lograr algo grandioso debido a lo descuidada que es. Y su madre la ve con lastima por prestar más atención a su talentosa hermana que a Ichigo. Aun así, ella tiene un sueño y por recomendación de un famoso Patissiere ingresa a una academia donde frente a la estatua de la ‘Reina de los Espíritus de los Dulces’ pide el deseo de convertirse en una Patissiere. En la academia conoce a estudiantes talentosos y capaces que la hacen parecer como lo peor, ya que, a pesar de tener su sueño, no tiene ningún conocimiento sobre repostería, lo que hace que muchos se cuestionen el porqué fue recomendada o qué hizo para ingresar a la academia siendo tan torpe. Entonces ella trata de practicar mientras pide al Espíritu de los dulces que haga realidad su sueño de ser Patissiere, en ese momento aparece Vanilla con quien surgen una pequeña conversación:
Vanilla: -Quieres mejorar ¿Verdad? Ichigo: -¡Si! Vanilla: Entonces pon la sartén en el fuego Ichigo: -Ibas a hacer mi sueño realidad ¿No? Vanilla: Así es. Te daré lecciones para que puedas mejorar haciendo dulces Ichigo: -¿Lecciones? ¿No voy a mejorar de inmediato? Vanilla: -¡Las cosas no pueden ser tan fáciles! ¡Hay que practicar! Muy bien, hazlo de nuevo.
Finalmente se hacen compañeras, aunque Ichigo dice que hay otros mejores que ella, Vanilla asegura que nadie es bueno desde el principio y la anima a seguir esforzándose por mejorar y así cumplir su sueño. Es decir que, Vanilla ya veía a Ichigo como una gran Patissiere aunque al principio fuera un desastre.
Esto me recuerda la historia de Gedeón descrita en la Biblia, en el capítulo 6 de Jueces. Gedeón era un hombre como cualquier otro, sencillo, trabajador y temeroso de los ladrones, violentos y malvados, por lo cual, se escondía en un rincón a trillar el trigo para que los enemigos no se lo robaran ni destruyeran su cosecha. (Jueces 6) Mientras él estaba en esa labor, aparece el ángel de Jehová diciendo: —¡El Señor está contigo, hombre fuerte y valiente! Yo imagino a Gedeón temeroso, mirando a ambos lados buscando a ese hombre valiente a quien el ángel llamaba, incrédulo de que el ángel esté hablándole a él. ¿Comprendes?
Dios también veía a Gedeón como un hombre valiente, aunque en ese momento pareciera ser solo un temeroso y asustado hombre. Y del mismo modo que Vanilla, Dios no le dio una bolsa llena de valentía a Gedeón, sino que permitió que Gedeón pasara por distintas situaciones (batallas), que al final serían las que harían de él un hombre fuerte y con un carácter valiente como Dios lo había dicho desde su primer encuentro. (Jueces 7)
Quizás hoy te sientas incapaz de lograr metas, quizás te han dicho que “tienes un futuro por delante”, pero no sabes por dónde empezar, sientes que te falta conocimiento, experiencia, contactos, talento y otras cosas más.
Pero creo que lo mejor que puedes hacer es ir a la palabra de Dios, descubrir sus promesas y las cosas que ganó para ti a través de Jesucristo.
Cuando lo has aceptado como tu Salvador, Dios dice que ahora eres una nueva creación (2 Corintios 5:17), hijo de Dios (Rom8:17) creado para buenas obras (Efesios 2:10), santo, amado (Colosenses 3:12), redimido (Efesios 1:7), y promete que tus pensamientos serán afirmados (Proverbios 16:3), que eres más que vencedor en cualquier circunstancia (Romanos 8:37) y mil cosas más que están esperando a unas páginas de distancia para ser descubiertas, creídas y vividas por ti.
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