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Karino, Dios y la Crianza Respetuosa (Kotaro vive solo)


Algo que me gustó mucho al ver Kotaro fue la interacción con su vecino Shin Karino. Ciertamente, Karino es alguien ocupado y que vive bajo presión como muchos adultos ahora, pero a pesar de eso, al darse cuenta de que su nuevo vecino es un niño, sabe que por más independiente que se considere no debería estar solo y menos descuidado, le es inevitable estar atento a los movimientos de Kotaro.

Y también Kotaro se hace consciente de que por más independiente que se crea, hay cosas que un niño no puede hacer solo, como autorizar su ingreso a una escuela y poco a poco va cediendo a pedir ayuda.


De alguna forma me hace pensar que la relación entre Dios y nosotros es similar.

Puedo imaginar al Señor en su trono mientras llegan muchas peticiones de oración a su presencia, y a pesar de que eso pareciera ser demasiado trabajo, Él no descuida a sus hijos, sino que mira frecuentemente en qué nuevo proyecto estás trabajando, en cómo está tu estado emocional, mirando si ya comiste o si hay algo que quieres tener o hacer, en lo que quieras contar con su ayuda.

Actualmente escuchando sobre el tema de la crianza respetuosa, creo que esa es una definición de la forma en que Dios nos ama y cuida. En ese tipo de crianza a un niño no se le “ayuda” a jugar, pintar, pelar una fruta o recortar papel a menos que él sea quien pida ayuda, tampoco se le castiga físicamente por su mal comportamiento…Si lo piensas bien, es triste pensar que las sociedades quieren construir adultos funcionales, amorosos y obedientes con este tipo de crianza, pero si Dios nos ofrece lo mismo, no nos convertimos en esa clase de personas, al contrario, somos críticos, desagradecidos, desobedientes, egoístas y sin respeto a quien nos ama:


Por ejemplo, nunca oramos, pero decimos que Él no nos ayuda (si no pedimos no recibimos Mateo 7:7). Él nos da espacio para desarrollar nuestros talentos, emociones y habilidades sin hacer el trabajo por nosotros, no nos ayuda si no lo invitamos, y luego decimos que no se interesa (Salmo34:17-19), aun cuando nos ha explicado “las reglas del juego” en su Palabra y las desobedecemos a veces por debilidad a veces conscientes de que es rebeldía en un nivel extremo, no recibimos castigo físico (no nos traga la tierra como a Coré por calumniadores (Números 16) ni nos da lepra por rebelarnos (Números 12) ni nos muerden serpientes por desconfiar de su amor (Números 21), etc,) Entonces decimos que es porque a Él no le importa la maldad que hay en el mundo, cuando al contrario, Él es paciente esperando que corrijamos nuestro comportamiento desviado de lo que nos ha enseñado para que no suframos la condenación eterna (Apocalipsis 21:8).

En vez de ser más fieles, respetuosos y amorosos con el Padre y con todos, nos ponemos a decir que Dios no se involucra en nuestras vidas cuando nunca lo hemos invitado, deberíamos analizar nuestra actitud y hacer algo al respecto, respondiendo con gratitud al amor que nos ofrece el Dios Creador.

Kotaro aceptó que Karino se involucrara en su vida y fue mucho mejor y menos solitaria de lo que fue antes de conocerlo, así mismo la vida cambia cuando invitamos a Jesús a involucrarse en nuestra vida. ¿Ya lo has invitado?

-Shino-



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