Mientras veía el primer episodio de Kusuriya no Hitorigoto (Diarios de la Boticaria) mi mente se quedó fija en la escena en que los hijos de las dos concubinas del emperador habían enfermado, pero el doctor no encontraba la causa, entonces una sirviente boticaria llamada MaoMao, oyó de los síntomas de ambos casos y secretamente les dejó una nota para ayudarles, diciéndoles qué hacer.
En ese instante recordé un proverbio que dice:
“El que es inteligente ve el peligro y lo evita; el que es tonto sigue adelante y sufre las consecuencias.” (Proverbios 22:3)
Mientras una de las concubinas (Lihua) ignoró el mensaje y su hijo murió, la otra (Gyokuyou) obedeció y su bebé fue librada de la muerte, a lo que luego comentó: “ser ignorante es un pecado”.
La gratitud de esa madre hacia MaoMao fue tal que mandó a buscar a la boticaria y la promovió dándole en un lugar de privilegio en su séquito.
Cosas así pasan cuando damos la Palabra que hemos sido llamados a dar y cuando el oyente decide creer y obedecer a esa palabra, pero cuando la persona no quiere atender a la advertencia también ha tomado una decisión y deberá asumir las consecuencias de esta. (Apocalipsis 20:12)
Para reflexionar.
-Shino-