Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos. (Mateo 5:15-16)
“He aprendido que los ojos no son importantes, lo importante es la luz. En la oscuridad es lo mismo tener ojos o no tenerlos.” (Profesor Sahai)
Pensando en esto pude comprender mejor lo que quiso decir Jesús cuando llamaba a sus seguidores a ser luz y no permanecer ocultos, sino visible como en un lugar alto donde los que andan en las tinieblas puedan hallar esperanza, consuelo y vida en la luz.
Cuando la oscuridad lo envuelve todo, no importan los ojos, es imposible apreciar la belleza de cualquier cosa. Es aterrador vivir en la oscuridad, pero es aún peor hacer que otros anden en tinieblas. Tener la luz y no compartirla con otros es un acto desalmado desde cualquier punto de vista.
El llamado de Jesús no te pide ser una especie de torre llena de luces por todas partes, sino una vela en una pequeña habitación oscura, una que cuando se encienda, ayude a las personas a reconocer su entorno y a ver más allá de la oscuridad, en la que, en ocasiones, han decidido vivir voluntariamente.
Es tiempo de responder a ese llamado diciendo: Aquí estoy Señor, quiero ser luz.
No hay mayor amor que vivir para otro, teniendo compasión de su alma y dándole la luz que nosotros ya hemos descubierto en Cristo, y que ahora habita en nosotros para siempre.
Hoy estoy realmente consciente de la gravedad tener la luz y esconderla deliberadamente de los que a diario mueren espiritualmente, rodeados por una oscuridad tan densa que para ellos es imposible salir de allí por sus propios medios. De nada sirve tener una buena vista, si no hay luz para mostrar lo que hay alrededor.
Si hoy has comprendido lo que intentaba trasmitir, te invito a orar:
Mi Señor, perdona mis faltas, hasta ahora no he sido un buen embajador de la gracia que me has dado. Necesito tu ayuda. Hoy soy consciente de lo que has puesto dentro de mí: esa luz poderosa que el mundo necesita hoy. Ayúdame a compartirla con todo el que lo necesite. Amén.
-Shino-
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