Volví a ver Yugi-oh y estoy impresionada con la confianza plena que Yugi mostraba en las cartas que tiene. En la primera batalla contra Seto Kaiba se ve la diferencia entre como Seto quiere ganar con estrategias y lógica, mientras Yugi dice que él ganará porque tiene fe y lo dice de esta forma: “Tengo fe en el corazón de los naipes, yo confío y mi fe me recompensa”. Ciertamente la fe recompensa al que cree (Mateo 9:29). Me encantó ese doblaje que transmitía seguridad y determinación en esa declaración.
Pero Seto contraataca con su carta favorita, el dragón blanco de ojos azules, mientras hostiga la mente de Yugi con palabras como: “Con fe o sin ella caerás ante mis monstruos superiores” “Este juego es sobre poder ¿No lo entiendes tonto? La fe es para perdedores como tu abuelo… ¿Por qué no admites tu derrota?” Seto sigue presionando para que Yugi ataque y así destruir la carta del mago oscuro que él había jugado; eso pone al límite la situación y es difícil saber quién ganará, pero Seto está confiado y cuestiona: “Dime Yugi ¿Cómo va tu fe ahora?”
Yugi empieza a dudar y su espíritu se desestabiliza, pero Yami (el espíritu de su rompecabezas del milenio) lo ayuda a cobrar ánimo, a reenfocarse y mantenerse firme en la confianza que tenía antes de que las cosas se pusieran difíciles. Eso es lo que determinó el resultado del duelo.
A veces cuando estamos en una situación complicada las dudas llegan a nuestra mente y nos bombardean al punto de nublar nuestra confianza, olvidar nuestras capacidades y paralizarnos. Pero ya no podemos permitir que una y otra vez nos volvamos a sentir así. Hay que luchar en contra de esas dudas, es hora de contraatacar sometiendo todo pensamiento negativo (2 Corintios 10:5) y recordar que mayor que nuestra mente y nuestro corazón es Dios (1 Juan3:20-21).
Tenemos la fuerza interior suficiente para enfrentar lo malo. Es tiempo de mantener la fe aún en los momentos difíciles.
-Shino-
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