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SING: Nadie nota mi esfuerzo, ni mi depresión.

Actualizado: 24 oct 2023


Este año se estrena ‘Sing 2’ y es una película que me gusta mucho, por eso mientras espero la secuela, volví a ver la primera parte.

La verdad, la primera vez que la vi me sentí muy identificada con Moon, pues él recibió todo el apoyo de un padre trabajador y amoroso para lograr su sueño: tener su propio teatro. Pero con el tiempo se ha endeudado, su teatro ha decaído y está a punto de cerrar.

Entonces se le ocurre hacer un show atractivo para recuperarse, pero su esfuerzo tal vez bienintencionado, pero mal ejecutado, solo empeora las cosas y hasta la persona más importante del gremio (Nana Noodleman) está más que decepcionada del resultado.


Moon al ver que ha perdido su mayor posesión (el teatro), el apoyo de tanta gente y hasta su reputación, se deprime tanto que se encierra en un cuarto a sentirse miserable mientras solo come y duerme. Es curioso eso, porque poco antes, Moon vio la depresión de Ash y se enfocó en animarla hasta que ella pudo canalizar esa emoción, desahogarse y volver a florecer, pero ahora él ya no podía ver salida a su propia situación. (Entonces me vi reflejada en él: Esa era yo hace unos años, sintiéndome fracasada y tan deprimida que no hallaba fuerzas para seguir adelante y a pesar de que animé a muchos antes, yo misma no sabía cómo ponerme en pie de nuevo.)

Lo peor, es que cuando alguien llega a visitar a Moon y decirle que aún hay opciones, él responde con palabras hirientes y desesperanzadas. Y lo entiendo tan bien, porque cuando estuve abrumada todo dolía y también herí a otros con mis palabras dichas sin pensar. Que triste recordar eso.

Pero siempre alguien me animó a ponerme en pie una vez más (no dudo que fue Dios quien los envió a ayudarme cuando me hundía como el profeta Elías en 1 Reyes 19:1-8) del mismo modo, fue con los concursantes que animaron a Moon a seguir adelante.

¿Y qué crees? Esta vez las cosas van mejor y Nana Noodleman, aunque no le daba apoyo financiero, siempre estuvo observando y se levanta de su silla siendo visible por encima de la multitud, haciéndose oír con un resonante silbido y aplausos para Moon, como si este fuera el productor más famoso o del que siempre se espera lo mejor.

Al final, Nana está ahí como lo hace Dios. Uno no se lo espera, ni siquiera cree que lo merece, pero pasa porque Dios es fiel más allá de nuestras fallas y desaciertos.

Tal como está Nana celebrando el triunfo de Moon, así está Dios todo el tiempo, apoyándonos incluso cuando nadie cree en nosotros, cuando solo hay gente burlándose (como lo hacían los reporteros), cuando nadie daba un centavo por ti ni por mí, Dios seguía ahí, cercano y firme diciendo: “Yo sé que tú puedes con esto porque Yo te creé y sé las capacidades que he puesto en ti.” No te detengas. Aún podemos volver a intentarlo.

-Shino-

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